Hoy se cumple 1 año de la mayor lección que haya recibido nunca.
El 20 de octubre de 2013, recibía la mayor enseñanza de mi vida, el
maratón, y sus circunstancias me abrían los ojos y sometían a un castigo
que nunca antes había experimentado, mucho más allá del deporte, mucho
más allá de lo físico; lo psicológico... Cuando el silencio es tu mejor
amigo y cuando te das cuenta que un sufrimiento nunca había sido tan
placentero.
Pasado 1 año no me arrepiento de haber llorado durante
los últimos metros de la prueba, no me arrepiento de haber corrido un
maratón con una rotura fibrilar. Reconozco que volvería a hacerlo, aquel
día me di cuenta del valor y responsabilidad de representar sobre todo a
¡¡¡TU GENTE!!!, me di cuenta de que cuando antepones el interés de
otros al tuyo, es que has alcanzado la madurez vital...
Escribiría mil cosas más, pero me quedo con esta foto, terminé con un
tiempo de 4:07:32, pero me di cuenta de que si ese día pude, siempre
podré, que no siempre gana el que cruza primero la línea de meta y que
el deporte es mucho más que medallas, marcas o triunfos, que las mayores
satisfacciones en la vida vienen haciendo felices a los que nos rodean y
terminando cada día con la certeza de darlo todo y hacer las cosas lo
mejor posible...
Aquel día nací de nuevo como ser humano y desde
entonces sigo aprendiendo a vivir, cometiendo errores y debiendo pedir
muchas veces disculpas por hacer las cosas mal... tengo muchos defectos,
alguna virtud, pero la fuerza y ganas suficientes para intentar mejorar
y acercarme un poquito más a la felicidad.
Gracias a todos los
que a pesar de no haber podido bajar de 3 horas y media, y no haber
logrado mi objetivo, seguís a mi lado y hacéis de la mía vuestra
carrera, de mis sueños los vuestros y de mis objetivos vuestras metas...
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