miércoles, 22 de octubre de 2014

Superándose uno mismo, esa es la razón de ser



Hoy se cumple 1 año de la mayor lección que haya recibido nunca.

El 20 de octubre de 2013, recibía la mayor enseñanza de mi vida, el maratón, y sus circunstancias me abrían los ojos y sometían a un castigo que nunca antes había experimentado, mucho más allá del deporte, mucho más allá de lo físico; lo psicológico... Cuando el silencio es tu mejor amigo y cuando te das cuenta que un sufrimiento nunca había sido tan placentero.

Pasado 1 año no me arrepiento de haber llorado durante los últimos metros de la prueba, no me arrepiento de haber corrido un maratón con una rotura fibrilar. Reconozco que volvería a hacerlo, aquel día me di cuenta del valor y responsabilidad de representar sobre todo a ¡¡¡TU GENTE!!!, me di cuenta de que cuando antepones el interés de otros al tuyo, es que has alcanzado la madurez vital...

Escribiría mil cosas más, pero me quedo con esta foto, terminé con un tiempo de 4:07:32, pero me di cuenta de que si ese día pude, siempre podré, que no siempre gana el que cruza primero la línea de meta y que el deporte es mucho más que medallas, marcas o triunfos, que las mayores satisfacciones en la vida vienen haciendo felices a los que nos rodean y terminando cada día con la certeza de darlo todo y hacer las cosas lo mejor posible...

Aquel día nací de nuevo como ser humano y desde entonces sigo aprendiendo a vivir, cometiendo errores y debiendo pedir muchas veces disculpas por hacer las cosas mal... tengo muchos defectos, alguna virtud, pero la fuerza y ganas suficientes para intentar mejorar y acercarme un poquito más a la felicidad.

Gracias a todos los que a pesar de no haber podido bajar de 3 horas y media, y no haber logrado mi objetivo, seguís a mi lado y hacéis de la mía vuestra carrera, de mis sueños los vuestros y de mis objetivos vuestras metas...